Guatemala

Hace ya un tiempo, la familia Gutiérrez-Strauss de Guatemala, los fundadores originales de la cadena de restaurantes Pollo Campero, contrató a Robert Amsterdam para que los representara en una gran disputa contra otros miembros de la familia que habían sido acusados de conspirar para defraudar accionistas.

Trabajando en un ambiente jurídico no convencional en los cuales elementos de “captura estatal” por los oponentes habían alegadamente corrompido la judicatura y los medios y gozaban de una aparente impunidad ilimitada, Amsterdam diseñó e implementó una agresiva campaña multinacional para lograr presión contra los demandados y exponer sus actuaciones ilegales.

Según admisiones capturadas en vídeo conforme reportó El Nuevo Heraldo, los negocios de Juan Luis Bosch y Dionisio Gutiérrez – dos de los hombres más ricos y poderosos de Guatemala – habían participado en una vasta conspiración de fraude tributario y blanqueo de capitales para esconder sus ingresos del estado (y también de otros accionistas).

El asunto es un caso de significación histórica que se ha extendido mucho más allá de los tribunales a la política y sociedad guatemaltecas, y se destaca como un estudio de caso sobre como la impunidad, los poderes paralelos, y la corrupción de captura del estado trabajan en concierto en muchas naciones en vías de desarrollo.